La comunidad del Liceo Particular Avenida Recoleta, se encuentra de luto. El día 4 de agosto dejó de existir nuestro fundador, señor Osvaldo Romo Valdivia. Un hombre que, en su larga vida, se consagró a la educación, convencido firmemente de que esa era una herramienta muy útil en el desarrollo de la vida. Gracias a su inspiración, varios establecimientos educacionales vieron la luz y se abocaron a la enseñanza y formación de niños y jóvenes, los cuales recibieron en sus aulas no sólo la instrucción necesaria, sino que también aprendieron las enseñanzas que convierten a una persona en un buen ser humano, lleno de creencias firmes y de principios que guíen su existencia para siempre.
Nuestro liceo fue una de sus obras más queridas. Fruto indiscutido del amor, esta institución nació del cariño de don Osvaldo por la educación y también fue el resultado de su trabajo permanente, además de la incondicional colaboración de su esposa, la señora Elena Figueroa, quien fue la primera directora de nuestra institución. Cada uno de nuestros muros está impregnado de recuerdos y del presente que hemos construido. Quienes hemos tenido la fortuna de trabajar acá hace mucho tiempo, somos testigos de los innumerables cambios estructurales que ha recibido nuestra casa elariana. De la construcción original, rodeada de arboles y con un aire campestre, poco queda hoy, excepto el espíritu que siempre lo animó. Un moderno edificio de cuatro pisos, capaz de albergar hasta 1800 estudiantes, comenzó a funcionar el 2008 y se debió, en gran medida, al principio que siempre animó a don Osvaldo Romo, el cual se traducía en buscar lo mejor para los niños y jóvenes que eran sus estudiantes.
Don Osvaldo fue un hombre de Derecho, apegado y amante de las leyes. Por este motivo siempre buscó la corrección y el trabajo bien hecho. Y también, como lo decía su poema favorito, fue un “sembrador”, que hizo de la tarea de dejar una semilla permanente en cada actividad, el fin de su existencia. Cada una de sus obras, dejó un fruto y hoy, nosotros como institución somos uno de ellos.
Hoy estamos de luto. Como un hijo que pierde a su padre, nuestro liceo ha perdido a su fundador. La mejor manera de recordarlo es seguir adelante con su obra. No perder lo que él siempre soñó, su ideal, su norte, se esperanza. Su familia seguramente lo recordará con cariño, como el esposo, padre y abuelo que fue. Ellos guardan el legado de un hombre lleno de fe y fiel a sus principios hasta el último día de su vida.
Don Osvaldo Romo Valdivia, hasta siempre. Partió, como dijo Amado Nervo en su poema, en paz y sin deberle nada a la vida. Seguramente hoy se ha encontrado con sus seres queridos, sus padres y sus hermanos. Y desde el cielo seguirá velando por su familia. Pero estoy seguro que allá en el cielo, claramente, su sonrisa ampliará entre las nubes, cuando se inicie un nuevo día escolar. En este, su Liceo Particular Avenida Recoleta. Que lo recordará…para siempre.
La comunidad del Liceo Particular Avenida Recoleta, se encuentra de luto. El día 4 de agosto dejó de existir nuestro fundador, señor Osvaldo Romo Valdivia. Un hombre que, en su larga vida, se consagró a la educación, convencido firmemente de que esa era una herramienta muy útil en el desarrollo de la vida. Gracias a su inspiración, varios establecimientos educacionales vieron la luz y se abocaron a la enseñanza y formación de niños y jóvenes, los cuales recibieron en sus aulas no sólo la instrucción necesaria, sino que también aprendieron las enseñanzas que convierten a una persona en un buen ser humano, lleno de creencias firmes y de principios que guíen su existencia para siempre.
Nuestro liceo fue una de sus obras más queridas. Fruto indiscutido del amor, esta institución nació del cariño de don Osvaldo por la educación y también fue el resultado de su trabajo permanente, además de la incondicional colaboración de su esposa, la señora Elena Figueroa, quien fue la primera directora de nuestra institución. Cada uno de nuestros muros está impregnado de recuerdos y del presente que hemos construido. Quienes hemos tenido la fortuna de trabajar acá hace mucho tiempo, somos testigos de los innumerables cambios estructurales que ha recibido nuestra casa elariana. De la construcción original, rodeada de arboles y con un aire campestre, poco queda hoy, excepto el espíritu que siempre lo animó. Un moderno edificio de cuatro pisos, capaz de albergar hasta 1800 estudiantes, comenzó a funcionar el 2008 y se debió, en gran medida, al principio que siempre animó a don Osvaldo Romo, el cual se traducía en buscar lo mejor para los niños y jóvenes que eran sus estudiantes.
Don Osvaldo fue un hombre de Derecho, apegado y amante de las leyes. Por este motivo siempre buscó la corrección y el trabajo bien hecho. Y también, como lo decía su poema favorito, fue un “sembrador”, que hizo de la tarea de dejar una semilla permanente en cada actividad, el fin de su existencia. Cada una de sus obras, dejó un fruto y hoy, nosotros como institución somos uno de ellos.
Hoy estamos de luto. Como un hijo que pierde a su padre, nuestro liceo ha perdido a su fundador. La mejor manera de recordarlo es seguir adelante con su obra. No perder lo que él siempre soñó, su ideal, su norte, se esperanza. Su familia seguramente lo recordará con cariño, como el esposo, padre y abuelo que fue. Ellos guardan el legado de un hombre lleno de fe y fiel a sus principios hasta el último día de su vida.
Don Osvaldo Romo Valdivia, hasta siempre. Partió, como dijo Amado Nervo en su poema, en paz y sin deberle nada a la vida. Seguramente hoy se ha encontrado con sus seres queridos, sus padres y sus hermanos. Y desde el cielo seguirá velando por su familia. Pero estoy seguro que allá en el cielo, claramente, su sonrisa ampliará entre las nubes, cuando se inicie un nuevo día escolar. En este, su Liceo Particular Avenida Recoleta. Que lo recordará…para siempre.